miércoles, 11 de abril de 2012

BANG!

Bang Bang Bang!, es lo que escuchaban mis oídos bajo aquella mesa en la que me escondía, huyendo de recibir un disparo entre ceja y ceja. Oigo sus pasos uno a uno con el eco y el silencio que se apoderaba de la casa, pero lo que escuchaba con intensidad era el latido de mi corazón que parecía que me iba a atravesar el pecho del pánico a la muerte que invadía mi mente. Oía los casquillos caer al suelo con un fino sonido, como el de un triángulo musical. 
BANG BANG BANG!, y cayeron tres más.

2 comentarios:

  1. Sigue poniéndome los pelos de punta cada vez que lo leo, ya que solo veo un final dramático.
    Un saludo a lo conejo.

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