Ojala esto
fuera tan fácil como un simple baño, lavarse y toda la mugre que llevas encima desaparece
por el desagüe, con el agua y el gel que has usado para eliminarla de tu piel. Eso es lo que yo quería hacer,
eliminarlo de nuestras vidas, pero no sería tan fácil, el muy hijo de puta era
un pez gordo y gracias a esa imagen que tenía, nadie sospecharía de lo que nos
hacía tras las puertas de casa. Me
repugnaba esa sonrisa tan falsa y esos cariñitos que me daba delante de la
gente para aparentar que éramos la familia feliz y perfecta que todos se
creían. Pero
una vez fuera de los ojos de los demás, salía a la luz aquel ser, que pagaba
sus frustraciones con su esposa, la mujer que
supuestamente amaba.
Podía aguantar que me pegara a mí pero nunca
permitiría que tocara a mi pequeña. Eso fue lo que me impulsó a hacer aquello, que
hace que me cueste conciliar el sueño.
Un día, después de saciarse conmigo por
lo visto no tuvo suficiente y fue a su cuarto la agarró y la estampó contra la
pared como si de una pelota de baloncesto se tratase. Nada más escuchar sus
gritos y llantos, me levante del suelo encharcado de sangre por los golpes que
me dio y cogí un cuchillo y fui hacia él. Sin pensármelo se lo clavé en el
cuello.
Mola mucho... es algo triste... pero mola, muchas deberían de hacer eso en vez de seguir aguantando esas barbaridades... pero hacerlo más lento y doloroso.
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